Read with BonusRead with Bonus

Capítulo treinta y cuatro: Su enfrentamiento

Incluso él estaba sorprendido por lo que había sucedido, viendo cómo se le agrandaban los ojos.

Inmediatamente me aparté de él y jadeé porque habíamos caído desde el segundo piso hasta el primer piso. Me acerqué a él y lo ayudé a sentarse mientras gemía.

"¿E-Estás bien, Su Majestad?" pregunté, ner...