Read with BonusRead with Bonus

Pesadilla

Ella se revolvía en la cama. El sudor le corría por los poros. Adrianna intentaba mantener los ojos cerrados por miedo a la noche, pero la atormentaba: él la atormentaba.

De repente, escuchó su voz de nuevo,

“No tengas miedo, niña. Pronto terminará.”

La sola voz le daba escalofríos.

“Abre los ojos, ...