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El elefante en la habitación

—Pero, ¿cómo alguien puede tropezar así?

La risa de Violet resonó, ligera y melódica, llenando el acogedor silencio de la sala. Estaba acurrucada a mi lado en el sofá, con las piernas dobladas debajo de ella y un cuenco de palomitas medio vacío en su regazo. El tipo en la pantalla acababa de caer d...