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La sorpresa de Alexander

La mano de Alexander envolvió la mía, su toque suave me sacó de mis pensamientos dispersos.

—Adeline, no le prestes atención a Cecelia.

—Se ha ido para siempre.

—He dejado instrucciones con Matthew —continuó Alexander, su mirada firme, sus palabras una solemne promesa de protección.

Exhalé lentame...