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CAPÍTULO 40

Me levanté rápidamente y miré en la dirección de donde venía. No sabía qué hacer. Miré a Leon. Estaba encorvado sobre un sándwich enorme de treinta centímetros, metiéndose bocados en la boca como si la comida fuera a desaparecer en los próximos diez segundos y tuviera que enfrentarse a la inanición....