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CAPÍTULO 32 Actitud tonta y traviesa

Annabel estaba llamando y Rose contestó.

En el teléfono...

—Ya estamos aquí. ¡Oh Dios mío! ¡Esto es el paraíso! —Sonaba tan emocionada y asombrada al teléfono. Su voz sonaba tan loca y era tan fuerte que Rose tuvo que alejar el teléfono de sus oídos para no quedarse sorda de repente.

Era tan obvi...