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CAPÍTULO 20 Su beso estuvo lleno de frustración

Rose todavía estaba en casa, le resultaba difícil ser ella misma. Deseaba que ya fuera viernes. Necesitaba ver a su jefe, necesitaba ver a su arrogante y travieso CEO, pero ¿qué podía hacer? No tenía su número, ni sabía su dirección.

«¿Debería ir a su oficina? Dijo que mi trabajo había comenzado y ...