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CAPÍTULO 10 ¡Ey! ¡Señorita Condom, despierte!

Era un nuevo día, el sol brillaba intensamente, sonriendo a los rostros dormidos de Annabel y Rose porque en realidad habían dejado la ventana abierta antes de dormir.

Annabel se despertó y se encontró en la habitación de Rose, sorprendida de cómo había llegado allí. Unos minutos después, cuando su...