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Llévatela

Roksolana se despertó sintiéndose fría y hambrienta. Aún más, se sentía asustada. Había estado sola durante más de tres horas desde que Jamal se había marchado abruptamente y, si tenía que adivinar correctamente, diría que ya era medianoche dado lo oscuro que estaba en la habitación. Nadie había pen...