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Una sensación de impotencia

Roksolana intentó aflojar la mano del guardia, que sujetaba su brazo con fuerza. Sus esfuerzos no tuvieron ningún impacto positivo, ya que el hombre solo apretó más su mano. Casi lloró cuando los dedos del hombre se clavaron en las heridas que Lady Miriam le había hecho antes.

Roksolana se sintió e...