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Sé mía

Antes de que pudiera detenerse, estaba sosteniendo a Roksolana en sus brazos, girándola de todas las maneras posibles para comprobar si tenía alguna herida. Incluso llegó a revisar sus ojos en busca de cualquier señal. Cuando se aseguró de que no estaba herida, la soltó. Vio a Roksolana rodar los oj...