Read with BonusRead with Bonus

Capítulo cuatro

Después de muchas horas, escuché la puerta abrirse con un chirrido. Estaba clavando mis uñas en mi propia palma. Sus ojos ámbar se posaron en mí. Tann estaba detrás de él. ¿Qué estaban haciendo aquí los dos? ¿Y si me hacían daño? Tomé un cuenco lleno de la bandeja para golpearlos. Por si acaso, si a...