Read with BonusRead with Bonus

«Castigo en la piscina»

Ella tragó saliva con fuerza porque sabía que acababa de cruzar el límite.

—¡¿Cómo es posible que un alma frágil como tú no me tenga miedo?! —preguntó él, sonriendo con malicia.

—¡¿Por qué tendría que tenerle miedo a un imbécil como tú?! ¡No te tengo miedo! ¡Ni un poco! ¡Haz lo que quieras! —dijo ...