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Sesenta y tres

Todo el trayecto hacia Dios sabe dónde, Melina se sentía como la adolescente que una vez fue. La chica tonta que desobedeció a sus padres y terminó siendo llevada por matones. ¡Señor! ¿Tendrá todo esto un fin algún día? Estaban en un coche con unas tres personas, sus cabezas cubiertas por una bolsa ...