Read with BonusRead with Bonus

Cincuenta y cinco

Entonces…

—¿Tom? ¿Estás ahí? —El pequeño apartamento estaba demasiado silencioso para su gusto. Tom sabía que no debía salir del lugar durante el próximo mes. No importaba cuánto le molestara todo esto. Era por su propio bien. Pero para tristeza de Hank, por mucho que fuera un genio con la comput...