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Veinticinco

—¡Te extrañé, mami! —se quejó ella—. ¿Te vas a ir?

—No, cariño, mamá no se va a ir por ahora —Melina la llevó a la bañera. Eve lloraba y se quejaba de que el agua estaba fría, pero era la fiebre. El agua estaba tibia, perfecta.

—¿Dónde está papi? Quiero verlo...

—Papá está de vuelta en su casa. Prim...