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Veinte

Melina se despertó bruscamente, incluso antes de que sonara su teléfono. Miró por la ventana; todavía estaba oscuro afuera. Llevando su mano a la frente, gimió con un fuerte dolor de cabeza. En la mesita de noche, su celular vibraba. Eran las cinco de la mañana y aún estaba oscuro afuera. Melina se ...