Read with BonusRead with Bonus

Treinta y seis

—Esto debería ayudar, cariño —dijo Lysander sin vergüenza mientras me entregaba el vaso de jugo lleno de su sangre.

—Oh, ¿no te sientes bien, querida? —preguntó mi madre inocentemente, cortando su waffle.

Dylan se rió entre dientes y le lancé una mirada fulminante.

—Tengo dolor de cabeza —dije si...