Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 127

Al escuchar esas dulces, dulces palabras, no pude evitar lamerme los labios. Mis hombres estaban a punto de darme lo que quería. Sus vergas. Sus dulces, deliciosas vergas. Las únicas vergas que querría en toda la vida. La voz de Reece resonó rápidamente en mi oído.

—¿Ves algo que quieres, bebé?

As...