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Capítulo 140

Mientras el coche avanzaba, Gloria soltó la mano que cubría sus labios. Sentía el sabor a óxido y sabía que era sangre.

Se recostó contra el asiento y pensó: «Haga lo que quiera hacer, que así sea». De todos modos, por mucho que luchara, sería inútil.

En el coche, Patrick llamó a sus guardias a t...