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Capítulo veintidós

—Sí —susurró Lola.

Erik se inclinó hacia adelante, sus labios rozando los de ella y ella inhaló profundamente, su aroma llenando sus sentidos mientras cerraba los ojos.

Sus labios se presionaron contra los de ella, suaves pero firmes y cálidos. Los pulgares de Erik acariciaban su muñeca mientras d...