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Capítulo treinta y uno

—Te dije que movieras este coche, ¡ahora! O perderás tu trabajo —le gritó. El asistente arrancó el coche, les iluminó con las luces y los dos hombres huyeron con el bolso de Vanessa.

Alfred le gritó al asistente que detuviera el coche de nuevo y salió corriendo hacia Vanessa, quien estaba arrodill...