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Capítulo quince

—¡Tú, pequeño...! —Alfred lo interrumpió—. ¡Basta! Deja de molestar al niño.

La mandíbula del asistente cayó. Nunca pensó que Alfred lo reprendería de esa manera por ese pequeño diablillo.

—Oíste a mi papi, deja de molestarme —añadió Mara. El asistente se sentó correctamente, no dijo una palabra m...