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CAPÍTULO 7

Se aplicó la loción en el cuerpo y se puso la ropa que le habían dejado preparada. Los miembros del consejo estudiantil tenían colores que debían usar, aunque a veces ella no podía llevarlos. Tenían tres colores: blanco, negro y morado; siendo el morado el color de la escuela. Se miró en el espejo y le encantó el vestido que llevaba puesto. Era un atuendo que Harvey le había comprado hace aproximadamente un mes.

Consistía en un vestido blanco que llegaba justo por encima de las rodillas y una chaqueta morada para combinar. Se puso los tacones y salió de su habitación hacia la planta baja. Cuando llegó, su madre estaba ocupada ayudando a poner el desayuno en la mesa.

—Buenos días, mamá —dijo mientras la besaba en las mejillas.

—Buenos días, mi amor. ¿Dónde está tu hermano?

—Bajará en cualquier momento. ¿Dónde está papá? —preguntó mirando alrededor.

—Tenía una cita temprano, así que ya se fue —dijo su madre.

—Está bien —dijo mientras se sentaba.

—Por cierto, te ves hermosa —la elogió su madre.

—Gracias. Harvey eligió esto —dijo.

—Tiene un gusto encantador. Pensé que te levantarías tarde considerando que ustedes dos estaban durmiendo tan profundamente —dijo su madre uniéndose a ella.

—Creo que ahora tengo un instinto natural para despertarme —dijo mientras comenzaba a comer.

—Ahí está tu hermano —dijo su madre mientras se metía un trozo de salchicha en la boca.

Miró hacia las escaleras y allí estaba él, luciendo tan magnífico que sintió su corazón acelerarse. ¿Qué era ese sentimiento?

Harvey llegó a la mesa y besó a Grace en la mejilla antes de unirse a las dos encantadoras damas en la mesa del desayuno. Todos sonrieron entre sí y desayunaron en silencio. Después del desayuno, todos se levantaron y corrieron hacia sus habitaciones para recoger sus mochilas para la escuela. Él fue el primero en terminar y esperó a Ruby en su puerta.

—¿Estás lista? —le preguntó.

—Sí, lo estoy. Vamos —dijo caminando hacia él.

Él tomó su otra bolsa y bajaron las escaleras. Cuando llegaron afuera, sus autos ya los estaban esperando.

—¿Deberíamos competir otra vez? —le preguntó a Ruby y Grace respondió en su lugar.

—Si vuelvo a escuchar esa palabra, me encontrarán en el hospital —dijo y todos rieron.

—No te preocupes, mamá, no lo volverás a escuchar —dijo Ruby mientras se subía a su auto.

Harvey sonrió ante lo loca que actuaba su madrastra, pero la amaba por eso. Era su manera de mostrarles amor a los dos. Se despidieron de Grace y se dirigieron a la escuela.

Como estaban en clases diferentes, estacionaron en lugares distintos. Ruby tenía su propio lugar de estacionamiento reservado, otro beneficio de ser la presidenta. Cuando llegó, sus mejores amigos ya lo estaban esperando.

—Pensamos que nunca llegarías —dijeron en cuanto salió de su auto.

—¿Por qué lo dicen? —preguntó mirándolos.

—¿No ves la hora? ¿Olvidaste lo que prometimos ayer? —le preguntó Brian.

Harvey comenzó a repasar sus pensamientos y se dio cuenta de que lo había olvidado.

—Lo siento, surgió algo —dijo y todos le sonrieron.

—¿Qué hiciste esta vez? —le preguntó Owen.

—Eso es un secreto —dijo con una sonrisa en el rostro.

—Vamos, o llegaremos tarde —dijo Brian.

El trío comenzó a caminar hacia su primera sala de conferencias, las chicas no podían dejar de mirarlos, pero eso no les afectaba mucho. Él estaba soltero y tenía un amor platónico por su hermanastra, Brian tenía un gran enamoramiento por la mejor amiga de Ruby y Owen ya tenía novia. No podían detener a las chicas de hacer lo que hacían. Llegaron al aula y se sentaron cuando un grupo de chicas se les acercó.

—Chicos, ¿oyeron que un grupo de estudiantes de último año del consejo estudiantil se unirá a nosotros? —les preguntó una de ellas y todos se miraron entre sí.

—No, ¿por qué harían eso? Es nuestro viaje y no el de ellos —dijo Owen.

—No sé por qué nos hacen esto —dijo la chica.

—¿Sabes quiénes son los estudiantes de último año? —preguntó Harvey, curioso.

—Nadie dijo nada. Ni siquiera nos dieron sus nombres, pero serán unos cuantos.

Si Ruby sabía sobre esto, ¿no se suponía que debía decírselo? Probablemente era una mentira. Ruby no le ocultaría algo así. Después de todo, ella sabía todo lo que pasaba en el campus.

—Oye, ¿por qué no le preguntas a Ruby? Ella podría tener una idea —dijo Brian y él lo miró.

—¿Esperas que él vaya? —le preguntó Harvey a Brian y lo vio sonrojarse por un segundo.

—Sabes que no irá solo a menos que Ruby esté con ellos. Pero solo imagina ir al viaje con Ruby y sus amigas. Te digo, hombre, que estaremos condenados —dijo Owen.

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