




CAPÍTULO 3
—¿Qué pasa? —preguntó Ruby.
—Sé que puede ser tarde, pero solo quería agradecerte por lo que hiciste. Si no fuera por ti, ya me habría suicidado —dijo Faith con lágrimas en los ojos.
—Te he dicho varias veces que no vuelvas allí nunca más. ¿Quieres que me decepcione de ti?
—No, no quiero eso. Quería invitarte a mi fiesta de cumpleaños. ¿Vendrás? —preguntó Faith mientras le entregaba la tarjeta.
Ruby la abrió esperando que no coincidiera con su viaje que estaba a punto de emprender. Suspiró aliviada al ver la fecha.
—Claro, me aseguraré de ir.
—Gracias. Mis padres estarán encantados de verte —dijo Faith secándose las lágrimas.
—Yo también estaré feliz de verlos.
—No te molestaré más. Sé que estás bastante ocupada —dijo Faith mientras se levantaba.
—Camina con cuidado de regreso —dijo Ruby y se sumergió una vez más en su trabajo.
Ruby sonrió una vez más al levantar la cabeza para mirar la puerta. Ver a Faith le trajo muchos recuerdos. Estaba en sus últimas semanas de segundo año cuando notó que algo horrible estaba sucediendo. Como alguien que solía acosar a otros, entendía muy bien ese sentimiento.
Ella acosaba a otros para que no la acosaran a ella, pero con el tiempo no tuvo que hacerlo en absoluto. Se hizo una reputación que nadie ni siquiera pensaba en acosarla a ella o a su hermano menor. Desde que se retiró de eso, se enfureció al ver a una figura pública a la que todos admiraban acosando a una compañera de estudios.
¿Cómo podía un presidente del consejo estudiantil acosar a una chica así? No le gustaba lo que estaba pasando, así que terminó enfrentándose al chico que era admirado y adorado por casi todas las estudiantes de la escuela. No toleraba a nadie que tuviera el valor de acosar y molestar a chicas débiles.
En el segundo en que enfrentó al chico, lo siguiente que supo fue que ambos estaban en la comisaría. Ella había golpeado al chico hasta que sufrió algunas costillas fracturadas. Vio la mirada en los rostros de sus padres y supo que los había decepcionado una vez más.
Pero lo que nunca esperó fue la forma en que la defendieron incluso en esa situación.
—Deberían preguntar por qué nuestra hija recurrió a esos medios antes de empezar a lanzar insultos —dijo su madre enojada.
—Sé que ambos son personas respetadas, pero ¿cómo pueden criar a su hija así?
—Debería hacerle esa pregunta a usted, señora. ¿Así crió a su hijo perfecto? ¿Cómo puede molestar a las chicas en la escuela de esa manera? —interrumpió Ruby y atrajo la atención de todos.
—¿De qué estás hablando? —preguntó la mujer.
—Tengo la evidencia aquí. Lo vi forzando a una estudiante de primer año, por eso le di una lección. Simplemente no pude soportarlo —soltó Ruby.
Mostró a todos el video, lo que causó un gran alboroto en la comisaría. Terminaron resolviendo el asunto y nadie fue arrestado, pero logró que el presidente del consejo estudiantil fuera destituido de su cargo de inmediato.
Como sus padres estaban muy furiosos por su comportamiento, pensaron que lo mejor sería que ella asumiera el puesto. De esa manera, no tendría que golpear a nadie más y la escuela no sufriría ninguna publicidad negativa en caso de que volviera a actuar.
Al salvar a una chica débil, se convirtió en la presidenta del consejo estudiantil. Ahora podía proteger a cualquiera sin usar sus puños, lo cual extrañaba mucho, pero cuando pensaron que la estaban castigando, en realidad la bendijeron sin darse cuenta. Se convirtió en la estudiante más respetada del campus.
No se dio cuenta de cómo pasó el tiempo mientras imprimía los materiales que necesitaba para su tarea. Estaba ocupada engrapándolos cuando la puerta se abrió de nuevo. Cuando levantó la cabeza, no se sorprendió al ver quién estaba allí.
—¿No vas a casa? Ya son más de las seis de la tarde —preguntó él sonriéndole.
Ruby miró su reloj y suspiró.
—Lo siento, perdí la noción del tiempo. Ven y ayúdame y terminaré —dijo con una sonrisa.
—Claro.
Sonrió al ver a su apuesto hermano menor caminando hacia ella. Fue votado como el chico más guapo y atractivo del campus. Tenía la apariencia y el cuerpo. Se cansó de ver a esas chicas profesándole su amor eterno y, sin embargo, él las rechazaba a todas.
Él realmente era algo. Se detuvo justo frente a ella y ella lo miró. Se inclinó más cerca y la besó en los labios. Era sorprendente para aquellos que no los conocían bien, pero esto era normal para ellos. Ella le devolvió el beso y sonrió.
—¿Viste a mis amigos? —le preguntó.
—Están afuera ocupados disciplinando a algunos estudiantes que atraparon. ¿Por qué no quisieron unirse al consejo si les gusta hacer eso tanto?
—No querían estar restringidos como yo —dijo Ruby.
—Pero no pareces restringida en absoluto —dijo él tomando sus archivos y colocándolos en su bolso.
—Créeme, lo estoy.
—He terminado. ¿Hay algo más? —le preguntó.
—No, creo que ya hemos terminado aquí. Vamos —dijo ella.