Read with BonusRead with Bonus

¿QUÉ DIABLOS ESTÁS DICIENDO?

Suspiró profundamente.

—¡Mierda! —maldijo en voz baja. La imagen seductora de Liam echando la cabeza hacia atrás era condenadamente erótica, su piel blanca y suave y lo rosados que se ponían sus pezones cuando los chupaba. Tuvo que obligarse a mantener el control allí atrás, de lo contrario, lo hab...