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Perrito

Benjamin dio dos pasos hacia adelante, pero levanté la mano, haciéndolo detenerse.

—Los cachorros no caminan —señalé el suelo y Benjamin cayó de rodillas.

Verlo caminar a cuatro patas hacia mí fue extremadamente satisfactorio. Ese hombre que tanto me había humillado, que había hecho cosas impensab...