Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 4

Cuando entraron, tomaron una mesa no muy lejos de la puerta. El camarero se acercó a ellos para pedirles sus órdenes. Les entregó dos menús para que los revisaran. Laila estaba a punto de hacer su pedido.

—Yo tomaré el... —fue interrumpida por Adam cuando dijo:

—Tomaremos panqueques y dos tazas de chocolate caliente.

—No me gusta el chocolate caliente —murmuró ella. Él sonrió.

—Lo tomarás de todas formas.

Laila se estaba frustrando con su actitud. Unos minutos después, el camarero trajo su comida. Adam, siendo un gran comedor, tardó menos de diez minutos en terminar su comida. Laila jugaba con la suya hasta que se perdió en sus pensamientos nuevamente. Toda esta farsa había durado demasiado tiempo. Su vida había sido arruinada en Malibú. Y sabía que nunca podría regresar, la policía la estaría buscando. Ya era sospechosa de la muerte de Elena y más aún de la señora del motel. Todo esto era demasiado para ella, solo reviviría el dolor cada segundo que estuviera con Adam y cada vez que mirara su rostro. Y no es que hubiera pasado hace años, todo estaba demasiado fresco.

—Me encantaría usar el baño —dijo.

—Voy contigo —soltó Adam.

—Por favor, solo será un momento, no voy a escapar —dijo, tratando de convencerlo.

—Lo dice alguien que intentó escapar no hace mucho, y puedo leer tu lenguaje corporal, Laila —dijo insistiendo—. ¡Arriba! Vamos a hacer pis —dijo provocativamente.

Mientras se acercaban a la puerta del baño, Laila señaló que había una larga fila, pero a él no le importó esperar allí mismo. Después de unos minutos, ella entró al baño mientras él esperaba afuera. Ella había tardado más de seis minutos, como él notó. Golpeando la puerta,

—Apuesto a que ya terminaste, puedes salir ahora.

—No he terminado, dame un minuto —respondió ella.

Unos dos minutos después, escuchó voces familiares entrar al restaurante. Puso el oído, usando su sentido de lobo para captar cada palabra que decían.

—Hemos estado siguiendo su rastro toda la noche, no es fácil rastrearlos, pero creo que finalmente llegamos aquí, puedo olerlos —dijo Damon a uno de los miembros de su manada—. Da una vuelta por la entrada del baño —mientras se dirigía a Logan—. Siéntate conmigo en la barra, mientras el resto de ustedes vigila afuera —les dio el resto de sus instrucciones.

—Sal ahora —Adam trató de advertir a Laila en silencio—. Hay gente afuera —ella trató de no hacer ruido mientras sacaba su pierna derecha por la ventana del baño. Pero no pudo pasar ya que tomaría más tiempo. Tal vez este no era el momento para hacerlo, decidió posponer su plan de escape. Saltó por la ventana y se lastimó el tobillo izquierdo al golpear una parte áspera de la pared. Adam derribó la puerta, miró alrededor del baño y la vio detrás de la puerta que acababa de derribar, dándose cuenta de que estaba herida. La levantó sobre sus hombros y trató de salir por la puerta trasera del restaurante.

Se detuvo de repente cuando pudo oler el hedor de otro lobo justo en la entrada del baño. Se preguntó si debería derribar la puerta y simplemente correr, pero eso no ayudaría si había muchos más afuera. Su única opción era enfrentarse a los hombres afuera. Adam entonces dejó a Laila, diciéndole que cojease hasta la entrada principal pero que pasara por la multitud en el mostrador. Enfatizó que debía mirar hacia otro lado de la barra y concentrarse en llegar a la puerta y luego al asiento trasero del coche. Rápidamente le urgió que condujera hacia la parte trasera tan pronto como pudiera. Luego él se subiría y ella asintió y se fue.

Intentó abrirse paso luchando por la puerta, pero el hombre estaba en guardia en el suelo. Entonces otro tipo de la manada de Damon notó su presencia y lo atacó. La lucha fue intensa, intercambiaron golpes agresivamente tratando de destrozarse las caras. Pero en unos siete minutos, Laila pasó conduciendo, desacelerando por unos segundos para dejar que Adam subiera. Pero no fue tan fácil como habían pensado. Damon se metió en la pelea tratando de revolver a Adam mientras Laila se alejaba de la pelea y casi agradecía que él recibiera la paliza de su vida hasta que mordió a uno de los hombres de Damon. Logan había ido a buscar un lugar tranquilo y solitario para cambiar. Quería arrancarle la cabeza a Adam. Llegó a la parte trasera gruñendo furiosamente a Adam. Tenía un fuerte deseo de ayudar y demostrarle a Damon que era lo suficientemente fuerte. Damon intentó detenerlo en su lugar. Levantó a Logan en su forma de lobo y lo arrojó contra un basurero. Adam aprovechó esto e intentó correr. Sabía que Laila se había ido lejos y nunca podría alcanzarla. Damon no podía dejar a Logan en el estado en que estaba y aunque los del restaurante no habían visto todo lo que había sucedido, no pasaría mucho tiempo para que alguien viera a un lobo inconsciente tirado junto a un basurero. Dos de los hombres de Damon habían sido golpeados gravemente por Adam, y uno había sido aplastado. Damon no podía seguir persiguiendo a Adam o Laila inmediatamente, pero eventualmente los alcanzaría. Hizo un esfuerzo por devolver a Logan a la conciencia para que pudiera volver a su forma humana más rápido. Al hacerlo, notó un pedazo de sobre que cayó justo donde había arrugado a Adam. Lo recogió rápidamente pero no lo miró de cerca. Llevó a sus hombres y a Logan de vuelta al coche y se fueron.

Mientras estaba en el coche, Damon sacó el sobre que recogió. Lo rasgó y notó un sello dorado impreso en él. Era el sello del Consejo para documentos oficiales. Lo volteó y lo leyó en su mente. La mandíbula de Damon cayó de sorpresa.

—¡Me engañaron! —dijo sintiéndose angustiado y manteniendo a los miembros de su manada en un estado de pensamiento reprimido.

Previous ChapterNext Chapter