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VEINTITRÉS

LILLIANA

Dieciséis días. Trescientas ochenta y cuatro horas y contando.

En su momento, por error, tomé una novela romántica empalagosa, solo para matar el tiempo, y leí cómo la protagonista femenina contaba las horas de separación de su amado. Me parecía completamente patético y contrap...