Read with BonusRead with Bonus

Eres mía

—¡Callie! —Escuchar mi nombre en esa voz retumbante me sobresaltó por completo de la oscuridad en la que flotaba.

La opresiva negrura que me rodeaba se volvió fría, como si agua helada se derramara sobre mi cuerpo. Un jadeo desgarrador me atravesó y me incorporé de la cama. El aire inundó mis pulmo...