Read with BonusRead with Bonus

No te pertenezco

—¿No ves que no puedes ayudarme? No realmente, de todos modos.

—Esa primera noche que nos conocimos... ¿estabas allí para matarme?

Incapaz de mirar a Apolo a los ojos, me giré para envolver mis brazos alrededor de mis hombros. Sentía un peso de plomo en el pecho que me aplastaba. En mi cabeza, me ...