Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 25

Angelo regresó y pasó sus manos por mis muslos. El deseo recorrió mi cuerpo, sus dedos ásperos se hundían en mi carne. Gemí mientras se abría camino entre mis piernas y murmuraba:

—¿Estás mojada, amor?

—Sí, tan mojada para ti —mi voz era ronca mientras él deslizaba sus labios por mi espalda.

Se m...