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Promesa

Isabelle

Kaden, yo, Cassandra y otros íbamos a algún lugar. En ese momento, no sabía a dónde íbamos, ni me había molestado en preguntar, ya que el paisaje y los vientos calmantes que entraban por la ventana del coche eran algo que no había disfrutado en mucho tiempo.

Carter estaba conduciendo el c...