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Fantasmas

—¡Puaj! —exclamó Perséfone mientras Chris la guiaba por un callejón con paredes de ladrillo rojo cubiertas de millones de bolitas de chicle masticado y seco. Se alejó de la pared solo para encontrar una pared igualmente desagradable justo enfrente—. ¡Asqueroso! —Infló las mejillas, se cubrió la boca...