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41: El punto de vista de Nik

—¿Puedes hacer eso, maestro espía?

La forma en que sus labios se curvaron en una casi mueca hizo que mi corazón de piedra latiera dolorosamente en mi pecho. Mi estómago se retorció al mirarla. Momentos antes había enviado a mis hermanos afuera —lo cual aún no podía creer del todo—, había algo en su...