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41. Nade a casa

Leo

—Lo miraron, él los miró. Ambos se quedaron mirando el helado en el suelo. Las sirvientas que estaban allí vieron lo que pasó y se apresuraron a limpiar el desastre. Pero Henry levantó la mano y las sirvientas se quedaron en su lugar.

—Están disculpadas.

—Con las palabras de la reina, hic...