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Capítulo 30 Es demasiado despreciable

Ava obedientemente le entregó su suave y pequeña mano. Dominic la tomó y la condujo hacia la casa.

Apenas entraron en la sala, escucharon la voz de la anciana:

—¿Por qué Dominic no la ha traído todavía? Si vuelve solo más tarde, cierra la puerta y no lo dejes entrar.

—Mamá... —dijo Dominic.

La a...