




Sentimientos confusos
Cuando terminan las clases, Kate y yo vamos a almorzar juntas, lo cual resulta ser un desastre. No me dejaron sentarme en la misma mesa que ella porque era la mesa de Rayan, pero eso ya lo esperaba. Ella fue quien me arrastró hasta allí porque es donde suele sentarse. Yo había insistido en que no quería. Terminamos cambiándonos a otra mesa.
Para cuando terminan las clases, estoy exhausta. Aparentemente, Rayan está en cinco de las siete clases que tengo este semestre y lo odio. En cada clase, siento su mirada quemando mi piel.
Estoy a punto de irme cuando recuerdo que tengo detención esta tarde y dejo escapar un gemido. Exhalando un suspiro, me dirijo al aula donde se lleva a cabo la detención y me siento allí durante las horas que dura.
Espero que mi madre no se enoje conmigo por meterme en problemas en mi primer día aquí. Nunca me han castigado antes. Tendré que encontrar alguna excusa para contarle al respecto. Ojalá pudiera decirle que el diablo ha puesto sus ojos en mí y no de una buena manera.
RAYAN
Vi a la chica nueva en el funeral de mi madre y supe quién era por las fotos en los archivos de mamá. La odié en cuanto la vi. No pude observarla bien en el funeral, pero ayer tuve la oportunidad.
Era su primer día en Riverside Academy y finalmente pude verla de cerca y en mi espacio personal. No estaba preparado para todas las emociones que me invadieron y eso me enfureció.
La primera emoción que me golpeó fue la ira y el odio que siento hacia ella por lo que representa. Esas fueron las más obvias. No voy a contarte sobre las otras aún porque mientras la examinaba, tuve los sentimientos más extraños. No sé y no quiero explicarlo, así que dejémoslo así por ahora.
Tropecé porque ella me intrigaba. No se supone que deba sentir nada más que odio por ella y eso me desconcertó.
Tengo que admitir, a regañadientes, que es hermosa, lo suficiente como para dejarte sin aliento, de esa manera clásica y tranquila.
Es el tipo de belleza que notas a una milla de distancia sin que ella intente llamar tu atención. Lo captura de manera natural.
Cuando me doy cuenta de hacia dónde van mis pensamientos, me enojo conmigo mismo y el odio que siento por ella se apodera de mí. La bestia en mí sale a jugar. Ayer vi cómo todos los chicos de nuestra clase de último año tenían sus ojos puestos en ella y tengo que cortar eso de raíz.
No está aquí para hacer amigos porque no lo permitiré. Ella necesita ser lo más miserable posible y me aseguraré de ello. Ni siquiera tendré que tocarla porque otros lo harán por mí. Soy el rey de esta escuela y nadie dudará en seguir mis órdenes.
Pude notar que estaba confundida por mi comportamiento hacia ella y eso me encanta. No es frecuente, si es que alguna vez, que vaya tras alguien nuevo en la escuela, pero ella es un caso especial.
Quiero arruinarla.