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EPÍLOGO

5 AÑOS DESPUÉS

Me despierto con unas pequeñas manos tocando mi cara; abro los ojos y me encuentro con los mismos ojos que los míos.

—Despierta, mami, despierta, mami —dice Caleb, golpeando mi cara con sus pequeños dedos. También puedo sentir sus pequeñas rodillas presionando mi estómago. Debe esta...