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Capítulo veintisiete

Amelia abrió los ojos lentamente y con debilidad, encontrándose con el bien esculpido rostro de Finn y su cabello despeinado, así que debía ser de noche. Él estaba acostado de lado, su mano derecha acariciando su rostro, apartando su cabello detrás de su oreja.

—Estás despierta.

Amelia suspiró y a...