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Capítulo veinticuatro

—Xander, no puedes hacer eso. Ten piedad —suplicó Amelia, haciendo clic en el control remoto de manera imprudente, con la mirada fija en la pantalla y completamente concentrada a pesar de estar fallando miserablemente.

Xander sacudió la cabeza, también enfocado en la pantalla.

—Uh uh. Esto es algo ...