Read with BonusRead with Bonus

Capítulo once

La felicidad que irradiaba a través de Amelia no conocía límites. Solo pensarlo la hacía reír de satisfacción. Todo este tiempo había estado asustada por nada.

Se giró en su cama y se recostó de lado, rumiando la escena y sus caras cuando la vieron. No había ceño fruncido ni mueca. No había ninguna...