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Nueve: el silencio como respuesta

Alec

Al entrar en mi habitación, noto inmediatamente a Temperance bajo las sábanas de mi cama. Mantengo mi mirada en su frágil cuerpo. Doy un paso adelante, sus ojos están cerrados y sus mejillas están rojas.

Está dormida, pero gotas de tristeza se secan en su delicado rostro.

Mis nudillos tocan ...