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Cuarenta y tres: nada bueno dura

Templanza

Abro la puerta y me lleno de sorpresa.

Alec está frente a mí con Connor y Zander detrás de él.

Siento que el corazón se me cae al hacer contacto visual con el hombre al que acabo de romper.

—¿Q-qué estás h-haciendo aquí? —Mis manos tiemblan con la ansiedad recorriendo mi cuerpo.

O...