Read with BonusRead with Bonus

Solo yo

—No tienes que limpiar.

Su voz calmada me asusta, pero no me doy la vuelta para mirarlo por miedo a que me vuelva a echar.

—Quiero hacerlo.

Respondo, pasando mis dedos cuidadosamente sobre la suave alfombra.

Estoy segura de que tengo la mayoría de los trozos grandes de vidrio. Suelto un suspiro ...