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Me equivoqué contigo

—¿Y Jason?

Sus ojos marrones nunca se apartan de los míos. Me están perforando, persuadiéndome a decir exactamente lo que él quiere que diga. Y lo digo.

—Que se joda Jason.

Su boca reclama la mía de nuevo y siento que me aleja de nuestra audiencia silenciosa.

—Si no salen en cuatro minutos, entr...