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Tú eres mi solución

—¿Jake?

Sus ojos se dirigen nerviosamente hacia la cama.

—Vino a mi oficina para hablarme de que no había resentimientos y no sé qué pasó. Mi mandíbula empezó a dolerme y pensé que era por la carne seca que estaba comiendo, pero luego sentí una presión en el pecho...

—No necesitas revivirlo, cari...