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Lo odio, pero le creo

Sonrío contra el pecho de Jake. Tuvimos sexo y fue un millón de veces mejor de lo que pensé que podría ser. Ahora entiendo por qué las chicas se niegan a dejarlo solo después de eso.

Cuando recupero el aliento lo suficiente para hablar, digo:

—Tengo que volver al trabajo en quince minutos y mi coc...