Read with BonusRead with Bonus

Déjalo ir

—Estás luchando.

Me grita.

—Déjalo ir.

Aprieto los dientes contra su camisa mientras un orgasmo me atraviesa. El calor de mi clímax me envuelve, reclamando cada centímetro de mi cuerpo tanto por dentro como por fuera. Grito y gimo en su hombro y él no deja de mover sus dedos hasta que estoy jadea...