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Quiero que seas mía

Me deslizo fuera de él y me siento en la cama.

—Sabes a qué me refiero.

No sé qué quiero que diga. No espero un gran gesto romántico ni que declare sus sentimientos por mí. Solo quiero honestidad. Quiero respeto.

—No lo sé, Sandra.

Dice, dejándose caer sobre el colchón. Sigo su ejemplo y me acue...